domingo, 15 de mayo de 2011

Docente Universitario desde la perspectiva humanista de la educacion


LA PROFESIONALIDAD DEL DOCENTE UIVERSITARIO DESDE UNA PERSPECTIVA HUMANISTA DE LA EDUCACION



Introducción

La nueva misión de la educación superior de formar profesionales que perseveren en la búsqueda de soluciones apoyado por el conocimiento, implica que el proceso del mismo se vea orientado a la formación integral de la personalidad del estudiante, para la pedagogía tradicional en sus distintos enfoques busca una explicación científica a la educación del hombre que le permita comprender su formación y desarrollo como un sujeto de la vida social.

En la Conferencia Mundial sobre la Educación Superior en el siglo XXI se habla de la capacitación del docente universitario que debe estar constituido por la investigación-acción para poder llegar a niveles de participación y protagonismo en la planificación, ejecución y evaluación de estrategias educativas en el proceso de enseñanza-aprendizaje.


La educación superior y la pedagogía 

La Educación Superior tiene como misión esencial la formación de profesionales altamente capacitados que actúen como ciudadanos responsables, competentes y comprometidos con el desarrollo social, esto significa cambiar el esquema de que un buen profesional es aquel que posee los conocimientos y habilidades que le permiten desempeñarse con éxito en la profesión, y sustituirlo por una concepción más amplia del profesional entendido como un sujeto que orienta su actuación con independencia y creatividad sobre la base de una sólida motivación profesional que le permite perseverar en la búsqueda de soluciones a los problemas profesionales, auxiliado en esta labor por sus conocimientos y habilidades en una óptica ética y creativa. Esto implica que el proceso de formación del profesional que tiene lugar en las universidades debe desplazar el centro de atención de la adquisición de conocimientos y habilidades a la formación integral de la personalidad del estudiante, de la concepción del estudiante como objeto de la formación profesional a la de sujeto de su formación profesional.
 
Entonces, ¿Están los docentes universitarios preparados para afrontar este reto?, ¿Cómo concebir el proceso de enseñanza-aprendizaje y el rol del profesor y el estudiante en el centro universitario de manera tal que tributen a la formación del profesional que esperamos?

En el desarrollo de la pedagogía como ciencia se observan distintos enfoques o tendencias que abordan de manera diferente la educación del ser humano y, por tanto, las concepciones acerca de los procesos de enseñanza y aprendizaje y del rol del profesor y el estudiante en la dirección de dichos procesos.

Para la pedagogía tradicional los contenidos de enseñanza lo constituyen los conocimientos y valores acumulados por la humanidad y son transmitidos por el maestro como verdades absolutas, desvinculadas del contexto social e histórico en el que vive el alumno. El método de enseñanza es eminentemente expositivo, la evaluación del aprendizaje es reproductiva, centrada en la calificación del resultado, la relación profesor-alumno es autoritaria y se fundamenta en la concepción del alumno como receptor de información, como objeto del conocimiento, pero ante las insuficiencias de la pedagogía tradicional en su contribución al desarrollo pleno del hombre surgen alternativas pedagógicas que desde diferentes ángulos abordan con una óptica científica el fenómeno educativo.

La pedagogía operativa de J. Piaget, que dio origen a los enfoques constructivistas que centran la atención en los mecanismos psicológicos del aprendizaje; la pedagogía no directiva de C. Rogers, que aboga por el reconocimiento del estudiante como persona que aprende; la pedagogía liberadora de P. Freire, que defiende la educación dialógica, participativa y el carácter problematizador y comprometido de la enseñanza con el contexto sociohistórico en que tiene lugar; el enfoque histórico-cultural de L.S. Vigotsky, que enfatiza el carácter desarrollador de la enseñanza y la función orientadora del profesor en el diseño de situaciones sociales de aprendizaje que conducen al estudiante a su crecimiento como ser humano.

Todas estas tendencias, entre otras, intentan desde diferentes ángulos la búsqueda de una explicación científica a la educación del hombre que permita comprender su formación y desarrollo como sujeto de la vida social, el pensamiento pedagógico en el siglo XX se caracteriza por la lucha contra el dogmatismo en la enseñanza y el aprendizaje memorístico, y se dirige al rescate del alumno como sujeto de aprendizaje y al reconocimiento de sus potencialidades creativas desarrollables en un proceso de enseñanza-aprendizaje basado en la aceptación, el reconocimiento y el respeto mutuo en las relaciones profesor-alumno.

En un proceso de enseñanza-aprendizaje dirigido al desarrollo pleno del hombre los contenidos de enseñanza se relacionan tanto con la formación y desarrollo de conocimientos y habilidades como de valores y motivos de actuación rompiendo la falsa dicotomía existente en la pedagogía tradicional entre lo instructivo y lo educativo, entre lo curricular y lo extracurricular.

Los métodos de enseñanza son eminentemente grupales y participativos, problémicos, dirigidos al desarrollo de la capacidad reflexiva del estudiante, de la iniciativa, flexibilidad y creatividad en la búsqueda de soluciones a los problemas de aprendizaje y sobre todo de la responsabilidad e independencia en su actuación.

La evaluación cumple una función educativa por cuanto centra su atención en el decurso del proceso de aprendizaje y en las vías para el desarrollo de las potencialidades del estudiante. Un papel importante corresponde, en este sentido, a la autoevaluación y a la coevaluación en el grupo de estudiantes.

En la Conferencia Mundial sobre la Educación Superior en el siglo XXI
se plantea lo siguiente: “Las instituciones de Educación Superior deben formar a los estudiantes para que se conviertan en ciudadanos bien informados y profundamente motivados, provistos de un sentido crítico y capaces de analizar los problemas, buscar soluciones para los que se planteen a la sociedad, aplicar éstas y asumir responsabilidades sociales.”

Una de las vías esenciales para la capacitación del docente universitario en su preparación pedagógica para afrontar los retos que el nuevo milenio impone a la Educación Superior lo constituye la investigación-acción en su modalidad de investigación colaborativa.

La investigación-acción se desarrolla cada vez con más fuerza en el ámbito de la educación, toda vez que constituye una vía excelente para eliminar la dicotomía teoría-práctica y sujeto-objeto de investigación, característicos de la investigación tradicional en al campo de la educación.

La investigación-acción colaborativa como modalidad de la investigación-acción surge como una alternativa de desarrollo profesional de los docentes por medio de la investigación y, en la actualidad, se aplica en diferentes niveles de enseñanza.

La investigación-acción colaborativa posibilita formar a los docentes en la metodología de la investigación-acción como una vía para la mejora de su práctica educativa mediante la cual los docentes, bajo la orientación de un especialista o docente de mayor experiencia en el trabajo con esta metodología, van transitando gradualmente hacia mayores niveles de participación y protagonismo en la planificación, ejecución y evaluación de estrategias educativas en el proceso de enseñanza-aprendizaje.




Conclusiones

Ser un docente universitario competente desde una concepción humanista de la educación significa no sólo ser un conocedor de la ciencia que explica, sino también de los contenidos teóricos y metodológicos de la psicología y la pedagogía contemporáneas que lo capacite para diseñar en sus disciplinas un proceso de enseñanza-aprendizaje que potencie el desarrollo de la personalidad del estudiante.


Bibliografía 

Aranda Manrique, Pablo (2011), La profesionalidad del docente universitario desde una perspectiva humanista de la educación.

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