domingo, 15 de mayo de 2011

Etica en la Educacion Superior


LA TRANSVERSAL DE ÉTICA EN LA EDUCACIÓN SUPERIOR BOLIVIANA  Y LATINOAMERICANA



Introducción

Las exigencias de la sociedad del conocimiento en nuestra universidad boliviana ha obligado a cambiar las políticas de formación del estudiante, teniendo en cuenta la matricula a en función a la calidad y la eficiencia. La concepción del saber como una actividad desinteresada frente a esta oferta y demanda se verá determinado por los submercados a los que vaya orientada.
En este ámbito es importante resaltar que la ética vaya desde la practica institucional trascienda a lo privado, el estudio de la Deontología deberá ser un tema que no debe ser pasado por alto.

La emergencia de establecer un nuevo paradigma

La Universidad Boliviana ha entrado en un proceso de consolidación a partir del mandato de Universidades Públicas, históricamente la Universidad pública ha mantenido un afán de formar caudillos con una retórica propia de siglos pasados,  el avance del mundo hace una reivindicación del hombre boliviano, requiere una apropiación de la tecnología y por ende de la ciencia. En la actualidad, los escenarios en que operan las universidades han cambiado y ello  obliga a que estas redefinan su tarea frente al valor económico del conocimiento,  frente a la sociedad en que operan y con relación a sus compromisos con la persona del estudiante en materia de formación, estos cambios forman un nuevo paradigma en la educación superior.

La sociedad del  conocimiento un reto para la Universidad

La nueva sociedad está en una carrera hacia el dominio de la información y del conocimiento, el mundo de la globalización implica para países como el nuestro un nuevo rostro: el de las TICs, el de las nuevas tecnologías de comunicación en un mundo de aprendizaje que posiblemente la Universidad boliviana aún no ha enfrentado, al ser este proceso muy complejo y delicado, tomando en cuenta que existen estudiantes no poseen una computadora propia y mucho menos internet, este aspecto hace que la sociedad del conocimiento con las universidades se vean obligadas a cambiar sus políticas de formación del talento humano para responder a las necesidades de nuevos mercados, profesiones y carreras, a pensar de manera diferente las relaciones con instituciones no académicas, a cumplir con nuevas funciones y asumir su liderazgo en la tarea de producir más, a replantear y rediseñar los canales de formación a la luz de las posibilidades que abren las nuevas tecnologías de información y a producir una revolución en los contenidos y metodologías de la docencia de las disciplinas.
Las instituciones son conscientes de que hay cambios necesarios pero no aciertan, en  encontrar estrategias para hacerlos de modo que comprometan corporativamente a sus organizaciones y el resultado final es que las universidades tienen ahora un papel estratégico en el desarrollo económico de los países a la vez que una limitación para generar articulaciones innovadoras con los sectores externos.

La Universidad en contacto con su realidad social

La manera tradicional de definir las relaciones entre la universidad y la sociedad está variando muy rápidamente por varias razones la pérdida de identidad del sistema educativo frente a las nuevas demandas, la expansión cuantitativa de la matrícula a expensas de la calidad y la eficiencia, la crisis de la estructura de relaciones entre el Estado y los Sistemas de Educación, la carencia de mecanismos de regulación y conducción eficientes y finalmente la producción de nuevo conocimiento por parte de las instituciones de educación superior. El crecimiento de la escolarización a través de los proyectos políticos en los últimos años ha incrementado el reconocimiento del valor de la formación universitaria como medio para incorporarse a los mercados laborales.

Deberá entonces tener en cuenta varias situaciones una buena parte de la demanda estará compuesta por personas con un capital cultural y escolar por debajo del promedio, será necesario atender una demanda latente por programas vocacionales de naturaleza técnica y tecnológica, cada vez será más fuerte el choque entre el modelo tradicional de universidad con sus estructuras rígidas y una concepción del saber como la actividad “desinteresada”, la oferta masiva de educación superior, la masificación de la demanda conducirá necesariamente a introducir políticas de mejoramiento de la calidad del servicio introduciendo sistemas de control, evaluación y acreditación institucional y de programas académicos, la eficiencia se volverá un tema central en la discusión internacional y regional, porque será indispensable que las instituciones aumenten su tasa de graduación y disminuyan el costo social que tiene una alta tasa de deserción educativa del tercer nivel.

En su conjunto se puede observar que el mercado de la educación superior gira sobre el mercado estudiantil, tratando de atender diferentes sub-mercados, de la manera siguiente:

  • El submercado privado de excelencia, compuesto por instituciones de renombre y con un desarrollo relativo mayor.
  • El submercado público de excelencia, compuesto por instituciones, facultades o programas, cuya matrícula es gratuita o casi pero con grandes restricciones académicas de ingreso y en las cuales estudian estratos, no siempre de origen popular.
  • El submercado público de masificación, que suele surgir en Estados que promueven el ingreso automático.  Con frecuencia, atienden demanda, a costa de desmejoramiento de calidad. 
  • El submercado privado de masificación o de “absorción de demanda” y que puede estar comprendiendo actualmente a un 75% de las instituciones no oficiales (carreras cortas, medias, politécnicos entre otros).

La preocupación por los valores como parte central de la ética.

La existencia de un respeto por la orientación ética fundamental de cada quien.  Cada persona se encuentra ligada, tanto en su vida pública como en la privada a valores, normas, actitudes y orientaciones vitales en el marco de un contexto cultural y transcultural.  Se propone para este milenio propugnar una ética del éxito o de intenciones, propugnemos por una ética que se preocupa por las consecuencias y asume frente a ellas una responsabilidad clara, aceptar que se trata de una responsabilidad frente a “lo común”, “lo público”. La ética es asunto público, la ética no es asunto privado; por ello la necesidad de darle una cierta institucionalidad, es decir concretarla en prácticas que trasciendan lo privado:  cátedras, comités, códigos de honor en campos específicos como biología, medicina, técnica y economía, código de negocios, todas las acciones humanas involucran un contexto ético global, posibilitando una reflexión crítica de las instituciones sobre sus condiciones internas de operación de frente a los nuevos escenarios y a la velocidad de los cambios en curso.

La ética en la Universidad es una obligación por el cambio del mundo

El enfoque ético del futuro se alimenta de la convicción de que la solidaridad hacia las generaciones actuales y la que debe ligarnos a las generaciones futuras no se contraponen: una y otra expresan el mismo rechazo de la exclusión y de la injusticia, la misma conciencia del vínculo que une en un solo cuerpo a todos los miembros de la humanidad, esta ética no consiste en vanas disposiciones para un porvenir indefinidamente aplazado deberá comenzar aquí y ahora, en la atención prestada a los demás y en la voluntad de transmitir a las generaciones futuras un patrimonio que no está irrevocablemente comprometido, se debe prever ya que es una práctica eficaz.

La Universidad como espacio de aprendizaje ético

Para la Universidad boliviana resulta un verdadero reto formar profesionales cuyos valores respondan a una actuación profesional responsable y comprometida con la solución de los problemas de su entorno laboral, demostrando competencia en su desempeño y una actuación ciudadana digna de los más altos valores morales que distinguen nuestra sociedad.

El centro de la labor educativa es la formación ética del profesional para ello el enfoque integra potencia la aplicación de métodos y el despliegue de los contenidos de las asignaturas para formar desde la instrucción los valores éticos que caracterizan a cada profesional. A la Universidad pública y privada boliviana le falta la voluntad política para realizarlos, mientras se promueven las mejoras para el proceso docente educativo y se aceleran las investigaciones para la calidad de la docencia no ocurre del mismo modo con las mejoras encaminadas a la formación en valores y en especial del aprendizaje ético.De esta manera, muchos afortunados pagan educación barata en instituciones públicas y muchos pobres pagan educación cara en instituciones de “absorción de demanda”.



Conclusiones

El centro de la labor educativa es la formación ética del profesional para ello el enfoque integral potencia la aplicación de métodos y el despliegue de los contenidos de las asignaturas para formar desde la instrucción los valores éticos que caracterizan a cada profesional. A la Universidad pública y privada boliviana le falta la voluntad política para realizarlos, mientras se promueven las mejoras para el proceso docente educativo y se aceleran las investigaciones para la calidad de la docencia no ocurre del mismo modo con las mejoras encaminadas a la formación en valores y en especial del aprendizaje ético.

 
Bibliografía

Aranda Manrique, Pablo (2011), La transversal de ética en la educación superior boliviana y latinoamericana.

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